En Caledor, los
Dragones duermen en el interior de los volcanes extinguidos de las montañas
conocidas como Montañas del Espinazo del Dragón. Sueñan con épocas remotas,
cuando volaban por el aire saturado de magia de Ulthuan, escupiendo fuego y
destruyendo a los enemigos de los Príncipes Dragoneros. Actualmente, las
montañas se han enfriado y el poder de los Dragones ha disminuido. Pocos son
los Dragones que pueden ser despertados cuando las trompetas de guerra suenan
entre los picos de las montañas, convocando a los dispersos habitantes de
Caledor a la batalla.
Al igual que los
Dragones, el linaje de los Príncipes Dragoneros está desapareciendo. El
Príncipe Imrik, Señor de los Dragones, es el último descendiente de la casa de
Caledor, el Rey Fénix de la antigüedad. En él está concentrado todo el poder y
la nobleza de esta gran casa. Los Dragones más poderosos todavía despiertan de
su sueño respondiendo únicamente a su llamada.
El Príncipe Imrik es
el guerrero Alto Elfo más poderoso de su era. Los habitantes de Ulthuan dicen
que la nobleza del Rey Fénix Caledor y la fuerza en combate del Rey Fénix
Tethlis han renacido en el Señor de los Dragones. Dirige su Dragón al ataque,
picando sobre los enemigos de los Altos Elfos con la furia destructora de un
relámpago. La gran bestia escamosa agarra a sus víctimas y las despedaza
miembro a miembro, mientras el Príncipe Imrik atraviesa un enemigo tras otro
con su devastadora Lanza Estelar. Pocos pueden resistir su ataque, y ningún ser
vivo puede sostener su ardiente mirada o igualar la fuerza de su brazo.
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